Bosques de oyamel: sobre una declinación anunciada

M.C. Ana Laura Cruzado Vargas
Dr. Cuauhtémoc Sáenz Romero
Dr. Roberto Lindig Cisneros

Seguramente alguna vez te has puesto a pensar en que es el cambio climático y que problemas está provocando. El cambio climático se refiere a las aceleradas alteraciones del clima que están ocurriendo a nivel mundial como consecuencia de las actividades humanas, en particular el uso de combustibles fósiles. En México, los efectos del cambio climático se han observado en todos los ecosistemas, uno de ellos son los “bosques templados”. Estos bosques se encuentran en lo alto de las montañas en lugares fríos y húmedos. En ellos se encuentran comunidades de árboles altos que en su mayoría son pinos y encinos. Uno de los bosques templados más importantes en México por su valor ecológico y económico son los bosques de oyamel (Abies religiosa), y el más conocido es el de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, ubicado entre los estados de México y Michoacán. Este bosque sirve como sitio de hibernación para las mariposas monarca (Danaus plexippus L.), que viajan desde Canadá y Estados Unidos cada año para pasar el invierno en México. Estos árboles son los favoritos de estas mariposas, porque la copa del árbol les sirve como cobija por la forma que tiene (cónica y con el follaje denso); esto les permite mantenerse lo suficientemente calientes como para que no se congelen sus alas en una fría noche de lluvia invernal, pero suficientemente fríos como para no gastar innecesariamente sus reservas de grasa del cuerpo para iniciar el regreso al norte, sobre todo al estado de Texas en los Estados Unidos de América, en donde pondrán los huevos para dar lugar a la siguiente generación.

El bosque de oyamel es muy susceptible a los efectos del cambio climático y se ha detectado que éste ha provocado que las sequías en los meses de marzo a mayo se vuelvan más prolongadas y más calientes. Mientras que las lluvias se han concentrado entre los meses de agosto y septiembre. Sumado a esto, las lluvias invernales están casi desapareciendo, generando una temporada de sequía de seis meses (noviembre – abril). Todo esto genera un desajuste entre el clima al que están adaptadas las plantas y al que se están enfrentando actualmente. Los árboles de oyamel más expuestos a los efectos del cambio climático son aquellos que se encuentran en las partes más bajas de las montañas, es decir el límite inferior de la distribución natural de la especie (llamado por los expertos el “límite xérico”), porque se debilitan más fácilmente al presentarse condiciones crecientes de sequía, promoviendo con más facilidad el ataque de plagas (como el escarabajo descortezador) y enfermedades que no sólo infestan a un árbol, sino que, cuando terminan con él, se van a otro, y luego a otro, y así sucesivamente, acabando con grandes extensiones de bosque.

Debido a la importancia que tienen los bosques de oyamel uno se pregunta ¿qué va a pasar con ellos? La única forma en que las plantas pueden desplazarse es a través de sus semillas, que se dispersan de los árboles madre a distancias variables dependiendo de muchos factores. En términos de las consecuencias del cambio climático, el movimiento más importante de las semillas es el que se da hacia arriba en las laderas, pero este avance es muy lento, de tal forma que no pueden llegar a altitudes en donde el clima les es más propicio, porque en las montañas, a mayor altura más frío es el clima. Si sumamos a lo anterior que el porcentaje de regeneración natural es bajo¹, se ha observado que en muchos bosques los nuevos árboles no se están estableciendo en donde el clima les va a ser propicio en el futuro. Dentro de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, se ha observado que el 94% de las plantas de oyamel, de uno a tres años de edad, mueren al ser expuestas a un aumento de temperatura de 1.9 °C y una disminución de la precipitación del 16 % (expresado en humedad del suelo), con respecto a un sitio ideal para ellas, que se encuentra actualmente en la parte intermedia de su distribución natural en la montaña (a 3000 m sobre el nivel del mar). En contraste, cuando las plantas se encuentran en una zona más elevada, sólo un 5% de las plantas mueren². Ante las consecuencias del cambio climático, una forma de ayudar al bosque de oyamel al reducir la mortalidad de las plantas es realizar una reforestación con migración asistida. Es decir, recolectar semilla, producir plantas en un vivero, por ejemplo, a 3000 m de altitud, y posteriormente plantarlas 400 m arriba en la montaña de donde fue recolectada la semilla. Otra estrategia es utilizar arbustos locales que protejan a las plantas de oyamel durante su etapa juvenil, pues el oyamel es una especie que no tolera el sol excesivo en esta etapa. Cuando un arbusto mejora las condiciones para el desarrollo y supervivencia de un árbol joven se le conoce como planta nodriza, y es una de las interacciones positivas entre plantas más importantes que se dan en la naturaleza. Haciendo uso de las plantas nodriza en las reforestaciones, se ha comprobado que la supervivencia puede llegar a ser del 94%, mientras que cuando las plantas son expuestas al sol directo presentan un porcentaje de supervivencia del 10%³.

Figura 1. Relación de la temperatura media mensual y la humedad del suelo con el porcentaje de mortalidad de plantas de oyamel en diferentes climas.

Reforestemos y restauremos los bosques con migración asistida

Los resultados de investigaciones en los últimos años en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca sugieren que para que en el futuro contemos con bosques de oyamel en las partes más altas de las montañas que son parte de esta área natural protegida, debemos considerar un plan de reforestación y restauración ambiental que incluya un programa de migración asistida. Este programa debe contemplar la recolección de semillas registrando el punto de origen y, sobre todo, la elevación sobre el nivel del mar. Construir viveros locales cerca o a la altitud en la que se van a establecer las plantas producidas, y llevar un control para saber de qué altitud provienen las plantas que se están propagando. Posteriormente, plantar a altitudes 400 m arriba del sitio de recolecta de las semillas y siempre bajo sombra de arbustos, porque esto permitirá que se consiga un mayor número de plantas vivas de oyamel y por consiguiente podría servir como una acción de conservación de la especie y de mitigación a los impactos esperados del cambio climático.

Finalmente recordar que los bosques tienen un papel regulador del clima, en particular aumentan la precipitación pluvial al aportar humedad al aire que sumada a la humedad que se desplaza desde los océanos, dan origen a la formación de nubes y a la caída de lluvia. De tal forma que es importante mantener masas forestales sanas y extensas en el país, y en el caso de los bosques de la Mariposa Monarca esto se puede lograr reforestando las partes bajas con especies nativas que toleren las condiciones más secas que esperamos imperen en años venideros.

1 Guzmán-Aguilar, G., Carbajal-Navarro, A., Sáenz-Romero, C., Herrerías-Diego, Y., López-Toledo, L., & Blanco-García, A. Abies religiosa Seedling Limitations for Passive Restoration Practices at the Monarch Butterfly Biosphere Reserve in Mexico. https://doi.org/10.3389/fevo.2020.00115
2 Cruzado-Vargas, A. L., Blanco-García, A., Lindig-Cisneros, R., Gómez-Romero, M., Lopez-Toledo, L., de la Barrera, E., & Sáenz-Romero, C. (2021). Reciprocal Common Garden Altitudinal Transplants Reveal Potential Negative Impacts of Climate Change on Abies religiosa Populations in the Monarch Butterfly Biosphere Reserve Overwintering Sites. Forests, 12(1), 69. doi:10.3390/f12010069
3 Carbajal-Navarro, A., Navarro-Miranda, E., Blanco, A., Cruzado-Vargas, A. L., Gómez-Pineda, E., Zamora-Sánchez, C., . . . Lindig-Cisneros, R. (2019). Ecological restoration of Abies religiosa forests using nurse plants and assisted migration in the Monarch Butterfly Biosphere Reserve, Mexico. Frontiers in Ecology and Evolution, 7, 421. https://doi.org/10.3389/fevo.2019.00421