Fichas de divulgación

Autores: Paulina Cerna Fraga, Mariano Mejía Valenzuela, Jorge E. Schondube.

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Columba livia

Paloma común

Fiel compañera

mensajera del tiempo

emblema de paz

 

Una paloma triste muy de mañana le va a cantar,

a su casita sola con sus puertitas de par en par,

juran que esa paloma no es otra cosa más que su alma,

que todavía la espera a que regrese la desdichada…

 

Fragmento de canción, Cucurrucucú paloma, de Tomás Méndez Sosa.

 

¿Quién no la ha visto? ¿Quién cuando niño no ha practicado el peculiar deporte de correr tras ellas buscando alcanzarlas para verlas partir siempre en el último instante antes de tocarlas? ¿Quién no las ha alimentado, querido, odiado, o tiene algún recuerdo asociado a ellas? Hay canciones, relatos, fotografías, pinturas, leyendas, nombres, símbolos y mensajes detrás de ellas, y es que es un ave que está tan acostumbrada a la vida en las ciudades que de hecho se encuentra en peligro de extinción en su hábitat natural. No hace falta una explicación muy detallada acerca de su aspecto. Tú ya las conoces muy bien. Son aves de tamaño mediano con un colorido muy variado, siendo los tonos grises los más comunes en su plumaje. Sin embargo, pueden presentar plumas tornasoladas en el cuello, que brillan en tonos verde esmeralda y que pueden cambiar de tono según reflejan la luz.

Nuestra relación con las palomas es muy vieja, inició con el desarrollo de la agricultura hace miles de años en la zona del Mediterráneo. Nuestros cultivos las sedujeron, y las llevaron a habitar cerca, o dentro de nuestros poblados. Mientras que otras aves evitaban al ser humano, las palomas parecían no tenernos miedo. Este acercamiento entre ellas y nosotros y su falta de agresividad, llevó a muchas culturas a considerarlas como símbolos de inocencia y de paz.

Debido a su conducta reproductiva, los griegos y romanos las consideraron como una representación del amor y la devoción. En la época de reproducción, las palomas forman parejas, que pueden mantener por largos periodos de tiempo. El macho consigue los materiales para el nido como raíces, ramas y hierbas  y lo construye junto con la hembra. Ambos padres se dedican al cuidado de las crías, a las que alimentan de forma muy especial. En lugar de darles directamente semillas, las cuales las crías no pueden digerir, los padres almacenan y secretan alimento en su buche. Este alimento, conocido como “leche de paloma”, no es en realidad leche, sino un líquido rico en proteínas y grasas que los adultos secretan en su buche aprovechando los nutrientes que sacan de las semillas que comieron. Esta “leche” la regurgitan directamente en la boca de sus crías, pareciendo que las besan amorosamente. De ese modo los padres ayudan a sus hijos, entregándoles directamente los nutrientes pre digeridos, hasta que ellos son capaces de empezar a digerir semillas por sí mismos.

Otras características biológicas de las palomas se han difundido en mitos y leyendas. Tal vez el más interesante sea el pasaje bíblico en el que Noé, tras el diluvio, envió una paloma a buscar tierra firme. La paloma no fue su primera opción, ya había enviado a un cuervo, el cual no había regresado. La paloma voló y después de un tiempo regresó al arca con una hoja de olivo en el pico. Esta historia ilustra la gran capacidad de las palomas para ubicarse espacialmente. Sabemos que las palomas son capaces de orientarse con una eficacia impresionante, utilizando tanto el campo magnético de la Tierra, como patrones de luz polarizada y posiblemente información acústica y olfativa, encontrando siempre el camino de regreso a su hogar, por más lejos que se encuentren de él. El hombre, al darse cuenta de esto, las ha entrenado poco a poco para llevar mensajes, por lo cual fueron muy importantes en momentos como la Primera Guerra Mundial, cuando cruzaban los campos de batalla para llevar noticias cruciales.

Las palomas pueden variar enormemente su alimentación, razón por la cual se adaptan fácilmente a las ciudades. Siempre las vemos caminar con su típico movimiento de cabeza adelante y atrás en busca de semillas, granos o restos de comida. Es raro pensar en las palomas lejos de la ciudad, pero en vida silvestre viven y anidan en cuevas y acantilados rocosos. Sin embargo, prefieren la ciudad a su entorno natural por razones de comodidad, como la presencia de alimento abundante, pocos depredadores, menor competencia con otras aves y una gran variedad de sitios en los edificios y casas, ideales para colocar sus nidos. Esto las hace uno de nuestros vecinos más conspicuos y agradables.

En la actualidad es difícil imaginar una ciudad sin palomas, sin embargo, la paloma no es un ave nativa de nuestro país, sino que fue traída desde Europa por los españoles en el siglo XVII. Una vez en el continente americano, se fue expandiendo lentamente y ganando importancia hasta lograr poblar casi toda su extensión y volverse símbolo de valores como la paz, la esperanza y el amor. Sin embargo, en nuestra historia compartida con las palomas no todo es miel sobre hojuelas. Hoy en día las relaciones entre las palomas, la gente y las ciudades pueden llegar a ser muy problemáticas, sobre todo cuando estas aves presentan poblaciones muy grandes. Para las palomas, la ciudad es el paraíso, pero si no se manejan adecuadamente pueden convertirse en plaga, siendo portadores de enfermedades y parásitos, o degradando los materiales con los que están construidos nuestros edificios con sus excrementos. Afortunadamente esto se puede evitar de una manera muy sencilla:

¡No las alimentes! No te preocupes por ellas, si la dejas a su suerte no van a desaparecer. Esto sólo regulará el tamaño de sus poblaciones y nos ayudará a que podamos seguir disfrutando de esta singular ave sin que genere conflictos. ¡Qué mejor que vivir en paz con nuestros vecinos!

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Psittacidae

Pericos

Infinito argot

singular huésped

jade en jaula

 

Además de perros y gatos, los loros, pericos o guacamayos son sin duda una de las mascotas más comunes en los hogares. Y es que, ¿a quién no le gustan? Los llamativos colores de sus plumas, los lazos afectivos que podemos tener con ellos, y la sola idea de que digan palabras en nuestro propio idioma, los vuelven verdaderamente irresistibles.

En tiempos prehispánicos, estas cualidades también llamaron la atención de las personas, pero el valor que poseían estas coloridas aves iba más allá de tenerlas únicamente como mascotas. Las plumas eran un elemento muy importante para las culturas mesoamericanas. Las utilizaban para adornar sus vestimentas, para elaborar hermosos tocados, o para propósitos artísticos, como el llamado “arte plumario”, con el que recubrían las paredes de templos y palacios elaborando con plumas cuadros, tapices y mosaicos. Además, estas aves estaban fuertemente vinculadas al culto religioso. Para los mayas, la guacamaya roja era considerada la encarnación del fuego del Sol. En la región de Yucatán, el nombre del dios guacamaya era Kinich Kak Moo, una deidad ambivalente que, como el sol, era fuente de vida en la tierra, pero también su exceso podía causar la muerte.

En la actualidad, los pericos, loros y guacamayos siguen apareciendo en la cultura y el folclor de varias naciones. Uno de los ejemplos más claros son las películas de piratas, en donde indiscutiblemente, algún personaje lleva a su fiel compañero al hombro. En México, hay cientos de canciones, dichos y refranes populares que hablan de estas aves, como la canción infantil de Cri Cri, titulada La Guacamaya, o el famoso dicho “el que es perico, donde quiera es verde”. También han sido protagonistas en algunas películas como Paulie, producida en 1997, o la más reciente, como Río, en donde el personaje principal es Blu, un simpático guacamayo azul. Pero a pesar de su popularidad, es realmente poco lo que la gente conoce acerca de estos emplumados seres.

El grupo al que pertenecen estas aves se llama Psittacidae, por lo que a los loros, pericos, papagayos, guacamayos, cotorras, y a muchos otros, se les dice psitácidos. De manera natural, los psitácidos viven en las zonas tropicales, sobre todo en bosques, selvas, sabanas y algunas áreas abiertas. En el mundo, hay 332 especies de psitácidos, la mayoría de ellos tienen exuberantes plumajes, cabezas y picos grandes, piernas cortas, y una lengua muy desarrollada capaz de imitar sonidos humanos. Sus poderosos y cortos picos curvados están especialmente adaptados para comer semillas, frutos o productos de las flores, como néctar, polen y hojas maduras. Son aves muy fieles a su pareja, a quien conservan durante toda la vida una vez que la eligen. Los psitácidos suelen anidar en huecos de árboles vivos o muertos, acantilados, o hasta en nidos de termitas abandonados. Por lo general, no les molesta la presencia de otros psitácidos, así que es bastante común ver colonias de pericos o guacamayos anidando en el mismo lugar. En México, hay lugares en donde estas colonias son tan espectaculares, que el cielo se tiñe multicolor y un sonido ensordecedor impacta a quien pueda presenciarlo.

La amplia diversidad que existe entre los psitácidos se refleja en sus colores y tamaños. Casi se podría decir que, juntos, los psitácidos cubren toda la gama de colores existentes. Increíblemente, los tamaños entre una y otra especie pueden ser bastante distantes. Desde el majestuoso guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus) de un metro de largo, hasta los diminutos micro loros de ocho centímetros de las selvas de Malasia.

En la región tropical del continente americano, conocida como el Neotrópico, existen 148 especies de psitácidos que no habitan en ningún otro lugar del planeta. Entre estas 148 especies se encuentran algunos de los loros y guacamayos más conocidos y emblemáticos, como el guacamayo azul y amarillo o como el loro de cabeza amarilla, quien por cierto es mexicano y es muy usado como mascota. Desafortunadamente, muchas especies se encuentran amenazadas o en peligro de extinción debido a la tala de selvas y bosques, y debido a que muchos individuos son capturados en la naturaleza para venderlos ilegalmente en el mercado de mascotas.

En México, esto sigue siendo un problema grave. En el país, tenemos veintidós especies de psitácidos que se distribuyen por casi toda la república. Es una lastima que veintiuna de ellas se encuentren clasificadas oficialmente “en riesgo” gracias a la destrucción de su hábitat y al saqueo ilegal de millones de individuos al año. Seis de estas especies son endémicas de México, es decir, no viven en ningún otro país del mundo, por lo menos no de manera natural. Seguramente conoces a alguna de ellas: la cotorra serrana oriental (Rhynchopsitta terrisi); el perico de cabeza lila (Amazona finschi); el perico de cabeza roja (Amazona viridigenalis); el periquito catarina (Forpus cyanopygius); el perico verde o quila (Aratinga holochlora) y el perico de socorro (Aratinga brevipes). Una de las variedades del loro de cabeza amarilla, llamado Amazona ochrocephala oratrix, es también originario de México.

Actualmente las leyes mexicanas prohíben la captura de cualquier psitácido silvestre que habite en nuestro territorio. Sin embargo, las cifras de capturas ilegales son exorbitantes. Se estima que anualmente se capturan y extraen de sus ambientes naturales entre 65 mil y 79 mil psitácidos. De estos, el 75% mueren antes de llegar al comprador. Esto significa que por cada perico silvestre que alguien compre, cuatro mueren en el trayecto desde su captura hasta su venta. ¡Son demasiados! Recuerda que tanto vender, como poseer pericos silvestres es un delito que puede ser severamente sancionado. Además, es muy común que los loros y los pericos domésticos sean liberados de manera consciente o accidental en las ciudades. Uno pensaría que esto no es mayor problema. ¿Qué más da?, ya están en libertad. Todo lo contrario, no le estás haciendo ningún favor, ni a ellos ni al ambiente. Incluso, la liberación de estas aves puede convertirse en un problema gravísimo. Aunque la mayoría de los pericos y loros que son liberados en las ciudades mueren de hambre, frío, estrés, enfermedad, electrocutados, o son presas de perros y gatos, algunos alcanzan a sobrevivir. De éstos, otros pocos logran establecerse y hasta encontrar pareja y reproducirse. Estos individuos pueden convertirse en especies exóticas invasoras, lo cual significa que son especies que se encuentran fuera de sus áreas de distribución natural y que causan problemas a otras aves propias del lugar, a la economía o a la salud pública. Normalmente, esto ocurre con las especies de psitácidos que provienen del extranjero, pero también puede ocurrir con ejemplares mexicanos. Por ello, no se deben liberar nunca.

Uno de los casos más conocidos de psitácidos exóticos invasores es el del perico monje o cotorra argentina. De nombre científico Myiopsitta monachus, el perico monje es una especie nativa de Sudamérica que ha sido introducida en varios países a través del comercio de mascotas. Es odiado por muchos agricultores debido a que se alimenta y arruina las cosechas de maíz, sorgo y otros cereales, además de los campos de girasoles y árboles de peras, duraznos y cítricos. Tiene la maña de anidar encima de estructuras eléctricas, como postes telefónicos y torres de alta tensión, causando cortocircuitos en las ciudades. El problema es que esta especie no tiene un nido cualquiera; el perico monje tiende a hacer enormes y voluminosos nidos comunales a base de ramas. En el interior construye varios cuartos para que muchas parejas puedan anidar ahí. Esto se vuelve un desastre cuando llueve y el nido se moja, ya que se puede generar un corto circuito, y arruinar el sistema eléctrico. En Estados Unidos y Europa los gastos económicos, causados por las reparaciones de sistemas eléctricos y por la remoción de nidos, han sido millonarios. Incluso se llegó a culpar al perico monje por el apagón que sufrió la ciudad de Nueva York en el 2003. Esta especie ya llegó a México y está consolidando poblaciones en diversas ciudades de nuestro país.

Tener pericos, loros o cotorras implica una gran responsabilidad. Si no puedes vivir sin tener uno de ellos en casa infórmate de donde proviene y qué especie es antes de comprarlo, ya que debes conocer bien a tu ave. Es ilegal comprar especies mexicanas, por lo que tendrás que adquirir una especie exótica. Compra en criaderos especiales que sean legales y en donde no maltraten a las aves, acuérdate de las implicaciones que conlleva comprarlas en el mercado ilegal. Si ya tienes uno, o consigues uno nuevo, disfruta de su compañía, pero recuerda, ¡no debes liberarlo por ninguna razón!

En realidad, la mejor manera de relacionarte con estas aves no es manteniéndolas en una jaula, sino visitándolos en su hábitat natural. En nuestro país hay cientos de lugares hermosos en donde puedes observar a estas aves volando libres. Pero si no tienes la posibilidad de salir de tu ciudad recuerda que también hay poblaciones que se han establecido en varias ciudades de la república.

Muchas veces cuando alguien nos pregunta qué animal nos gustaría ser, respondemos que un ave, para poder volar libres por el mundo. De seguro no nos gustaría ser aves para vivir enjaulados en una casa o morir asfixiados en el fondo de algún camión. Quitarle a un ave su libertad es quitarle su belleza, arrebatarle el sentido a su vida. Aunque este grupo de aves nos pueda parecer muy cercana a los humanos, su magia no nos pertenece. Estas magníficas aves merecen ser libres, para teñir de colores algún cielo lejano y entre cantos y aleteos, perderse en el sol.

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Quiscalus mexicanus

Zanate

Mirada de oro

Arco iris oculto

Alegre Canto

Si alguna vez has escuchado en medio del tráfico de la ciudad un canto que te transporta de inmediato hacia paisajes tropicales y a la costa, entonces tal vez conozcas los sonidos del zanate. El zanate es un pájaro grande, con plumas de un azul tornasol tan obscuro e intenso que parece negro, de profundos ojos amarillos y larga cola que vemos en los parques y jardines de nuestras ciudades, y que cuando vamos a la playa va de palapa en palapa robándonos la comida cuando nos descuidamos un instante. Aunque se le confunde con el cuervo con facilidad debido a su obscuro plumaje, y generalmente se le nombra como tal, el zanate es más pequeño y menos corpulento que esta famosa ave, ¡Pero puede ser mucho más escandaloso! De hecho, su relación con los cuervos es muy lejana. Más bien, el zanate es primo cercano de las calandrias y los bolseros.

En los periodos anteriores a la conquista, el zanate habitaba únicamente en la región del Golfo de México, sobre todo en las zonas pantanosas del sur de Veracruz y de Tabasco. Fray Bernandino de Sahagún nos cuenta en el Códice Florentino, que el emperador azteca Ahuízotl ordenó el traslado del ave al centro del país, pues gustaba de mirarlo y escuchar sus múltiples cantos. Y una vez liberada el ave en el Valle de México, ésta rápidamente comenzó su expansión a otras partes del país, sobre todo a zonas donde el agua fuera abundante y hubiera espacios abiertos disponibles. El zanate fue un ave muy apreciada por los antiguos mexicanos tanto por su canto, como por el enigmático color de sus plumas, las cuales se cree que pudieron haber sido utilizadas para adornar a la clase alta o para la fabricación de objetos destinados a rituales. De hecho, el nombre que los aztecas le daban a este pájaro era teozanatl, que significa pájaro divino, nombre del cual se deriva su actual nombre común, zanate.

En esta especie es fácil distinguir al macho de la hembra, tanto por una marcada diferencia de color como de tamaño. El macho porta los colores oscuros y tornasolados que ya mencionamos y es casi dos veces más grande que la hembra, la cual es de color marrón. Además, el macho es un excelente cantarín que cuenta con un amplio repertorio que utiliza tanto para comunicarse como para conquistar a las hembras. Tiene tantos cantos diferentes, que si nos mostraran todo su repertorio, podríamos escucharlos por más de 10 minutos sin que repitieran una nota. La hembra por su parte, además de conformar la mayor parte de las poblaciones debido a que nacen más polluelos de este sexo, es la encargada de construir el nido y dar cuidado a las crías en tiempo de reproducción.

En el siglo XX, junto con el crecimiento de las ciudades y las zonas agrícolas, el zanate comenzó a expandirse ocupando casi todo el territorio mexicano, a excepción de Baja California. Si te preguntas cómo es que el zanate tuvo tanto éxito en su conquista por el país, la clave está en su gran habilidad para adaptarse a casi cualquier ecosistema mientras haya agua disponible. Los grupos de zanates se pueden establecer cerca de cuerpos de agua, en pastizales, en zonas agrícolas y ganaderas, en parques, jardines, basureros e ¡incluso en campos de golf! Además, los zanates comen casi cualquier cosa y al ser aves muy sociales, se organizan para hacer frente a otras especies que quieran quitarles su territorio, aun si son aves más grandes que ellos.

Hay una anécdota interesante sobre el zanate y el color de su plumaje. Jean-Jacques Audubon, un naturalista francés-americano de finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, conocido por algunos como el padre de la ornitología en nuestro continente, dedicó gran parte de su tiempo a pintar aves, y un día se topó con la sorpresa de pintar a un zanate. Aunque Audubon tenía mucha experiencia pintando aves, cuando trató de pintar al zanate se vio sorprendido por los distintos colores que éste puede tomar, llegando a afirmar que ningún pintor, por dotado que fuese, podría plasmar los azules, morados, bronces e incluso verdes que suelen presentarse en su plumaje. Así que la próxima vez que escuches su canto, pon atención y quizá llegues a ver un poco de la magia que esta alegre ave esconde entre sus plumas.

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Passer domesticus

Gorrión doméstico

Vecino constante

Esencia cotidiana

Discreto trovador

A donde quiera que vayamos, basta con sólo mirar al suelo para encontrar a un rechoncho pajarito café dando brinquitos en busca de migas de pan. Este es el gorrión doméstico, quien es parte importante de nuestra cotidianidad, ya sea con sus cantos o con su andar por la ciudad. Pero no hace mucho tiempo, esta ave vivía sólo del otro lado del mar.

Hay muchas historias acerca de cómo este pequeño pájaro llegó a América desde Europa. Una de ellas se relaciona con el famoso escritor inglés William Shakespeare. Pero, ¿cuál es la relación entre el gorrión y Shakespeare? En 1851, Eugene Schiffelin, un admirador de las obras del dramaturgo británico, introdujo varias especies de aves exóticas a Brooklyn en Nueva York. Lo que estas aves tenían en común, es que todas ellas aparecían en algún escrito de Shakespeare. El gorrión doméstico, que es mencionado en 4 de sus obras, entre ellas en Hamlet, fue una de las especies liberadas con el fin de ennoblecer el Nuevo Mundo con estas famosas criaturas. Aunque esta es una bella historia, parece que hay más de fábula que de verdad en ella.

Sea cual sea la verdadera historia, y las verdaderas razones para su introducción a Nueva York, el gorrión doméstico fue liberado y se adaptó fácil y rápido a su nuevo hogar. Al principio le fue sencillo obtener alimento y refugio, ya que le fue provisto por las personas que lo introdujeron, quienes apoyadas por el gobierno de Estados Unidos llevaron a cabo una gran campaña para adoptar a esta nueva ave. Después, una vez establecidas sus primeras poblaciones, comenzó a explotar los recursos presentes en las ciudades y el las zonas de cultivo aledañas a éstas. Esto fue fácil para él porque tiene una dieta muy variada, y puede comer tanto semillas, como insectos, fruta y diferentes desechos humanos. Se reprodujo de manera rápida, y se extendió su distribución de forma explosiva, llegando a la ciudad de México en 1933. Menos de un siglo después de su llegada a América se había convertido en un experto conquistador y hoy en día, habita en casi todo nuestro país y se ha vuelto una plaga indestructible.

Esta habilidad para adaptarse y usar ambientes modificados por el hombre son buenas noticias para los de su especie, pero no todos aplauden los logros del gorrión doméstico. Muchas especies de aves nativas son afectadas por la presencia del gorrión doméstico, quien destruye sus nidos o roba su comida. Incluso los humanos le hemos declarado la guerra por saquear nuestras cosechas. Además, sus estragos se multiplican porque donde hay uno, muchas veces podemos también encontrar a toda su gran familia.

El potencial invasor del gorrión doméstico es impresionante. Ha llegado a casi todas las esquinas del planeta, en muchos casos por haber sido introducido, en otros por su habilidad para viajar como polizón en barcos o aviones que lo han llevado a las más lejanas islas. De este modo es la especie de ave con mayor distribución en el mundo. Por suerte para nosotros, no le gustan los sitios silvestres donde no hay casas ni cultivos, de modo que sólo lo encontraremos junto a los asentamientos humanos, permitiendo que aún existan sitios en la Tierra sin su presencia. De su relación con nuestras construcciones viene su nombre, y sus mañas urbanas son tales, que ha aprendido a abrir puertas automáticas activando sensores de movimiento, y es común encontrarlo dentro de supermercados alimentándose de los mismos productos que nosotros compramos cada día.

Como ves, el gorrión doméstico es bien conocido en muchas partes del mundo; es tan común que a veces ni le prestamos atención. ¿Te has fijado bien en sus colores? Aunque pueden parecer idénticos a simple vista, no todos los individuos de gorriones domésticos son iguales. Notarás que algunos de ellos presentan un delineado color negro alrededor de los ojos, una mancha canela que parte del ojo y se extiende hacia la espalda pareciendo rodear la cabeza, una mejilla blanca y una mancha en forma de babero de color negro que empieza justo por debajo del pico y llega hasta el pecho, estos son los machos adultos. Las hembras y los juveniles presentan colores más suaves y no tienen las marcas negras características del macho adulto.

Debido a que los machos no tienen el mejor de los cantos, utilizan sus llamativos baberos para conquistar a su pareja. Si tienen suerte, pronto estarán construyendo un desfachatado y voluminoso nido, reflejo de su poca habilidad arquitectónica, para aguardar la llegada de sus polluelos. Cuando hay muchos nidos juntos, la gran familia de gorriones se encuentra aún más unida. Al nacer, los polluelos son alimentados por sus padres, pero también puede llegar a ocurrir un extraño suceso en el que los machos de la comunidad atienden a otros polluelos aunque no sean sus hijos. Esto es una gran ventaja para los polluelos, ya que si llegaran a faltar sus padres, alguien más vendrá a cuidarlos.

El gorrión puede parecer un ave sencilla, incluso del montón, pero es esta cotidianidad y constante presencia lo que la convierte tanto en actor y en público, en juez y en ufano criminal. Invisible como el presente, el gorrión quizá se ha transformado en un ciudadano más, o quizá esté atado a nuestras ciudades y poblados de una forma más metafórica, desapareciendo y apareciendo por momentos, esperando el instante adecuado para alzar el vuelo y llenar los cielos de nuestras viviendas con su pardo aletear.