Estamos en una etapa importante en la investigación en las ciencias del ambiente. Por un lado, el conocimiento generado hasta ahora sugiere la necesidad de incorporar a la Ecología conceptos nuevos (la variación espacial explícita, los estados estables alternos, etc.) y  nuevas maneras de medirlos.  Por otro lado, el intensivo uso del medio por parte de las sociedades industrializadas ha puesto en riesgo los ciclos de regeneración y de homeostasis de los múltiples subsistemas del planeta, por lo que es urgente realizar caracterizaciones precisas y reales acerca del funcionamiento de los sistemas ecológicos y de su interacción con los sociales.

  Se necesita información sólida acerca del funcionamiento de los sistemas ecológico-ambientales, para tomar decisiones de gestión y uso que no sean tan desacertadas. Una porción de esa información puede generarse como consecuencia de concebir a los sistemas ecológicos como complejos, queriendo decir con esto lo siguiente: elementos interconectados que pueden mostrar “comportamientos” espaciales y temporales no codificados en sus componentes. Este tipo de sistemas presentan “conductas sorpresivas”,  es decir, pueden presentar estados estables alternos o incluso desaparecer, en términos funcionales (Scheffer y Carpenter, 2003). 

 Entender cómo se vinculan las sociedades con la dinámica del ambiente es quizás el reto más importante y urgente para implementar estrategias sustentables de consumo de recursos naturales. Si bien se han desarrollado avances en la comprensión de la dinámica de los sistemas naturales y de los sociales por separado, la modelación de la interacción entre ambos sistemas ofrece un enorme reto, tanto para las disciplinas básicas como las aplicadas. Sin embargo, los sistemas sociales y naturales, a pesar de ser cualitativamente diferentes, poseen propiedades compartidas, pues ambos son complejos (Watts y Strogatz 1998, Gordon et al. 2008, Mitchell 2009, Deffuant y Gilbert 2011).

 En este espacio de trabajo pretendemos estudiar y modelar los vínculos entre sistemas ambientales y sociales, considerando diversas escalas espaciales y temporales que sean complementarias (desde trabajo en parcelas hasta teledetección).  Este propósito se cumple trabajando en los siguientes aspectos:

* Desarrollar modelos de simulación numérica  que vinculen procesos biológicos y ambientales con los sociales. Ello permitirá generar conocimiento nuevo que sirva, ya sea para entender los vínculos entre los procesos mencionados, o como  insumo para la toma de decisiones en casos específicos de manejo de recursos naturales;

 * Estimular la vinculación entre aquellas disciplinas que estén relacionadas con las ciencias ambientales, enfatizando en el empleo de las matemáticas como lenguaje compartido;

 * Capacitar estudiantes de diversos niveles de educación (desde bachillerato hasta postdoctorado) en la construcción de modelos de simulación.

 Referencias

  •  Deffuant, G., Gilbert, N. 2011. Variability and Resilience of Complex Systems. Springer.
  •  Gordon, L.J., Peterson, G.D. and E.M. Bennet. 2008. Agricultural modifications of hydrological flows create ecological surprises. Trends in Ecology and Evolution, 23: 211-219.
  •  Mitchell, M. 2009. Complexity. A Guided Tour. Oxford University Press.
  •  Scheffer, M., and S.R. Carpenter. 2003. Catastrophic regime shifts in ecosystems: linking theory to observation. Trends in Ecology and Evolution, 18: 648-656.
  •  Watts, D. and Strogatz, S.H. 1998. Collective dynamics of “small-world” networks. Nature, 393(4):440-442.